13 de agosto de 2012

Definición de Ligas


Con los comienzos inmediatos de los campeonatos de primera división de la mayoría de los países de trascendencia en el Viejo Continente, nosotros damos a nacer una nueva sección que recopila lo mejor que ocurre 12 meses después, los cierres de los torneos. Los dos únicos requisitos para estar en ésta sección es que la definición de una liga se haya estirado hasta la última fecha de las mismas y, obviamente, que haya sido apasionante.


Hoy, la Bundesliga de la temporada 2000/2001.


La finalización del máximo escalafón alemán del año 2000/01 tenía como máximos competidores a dos equipos de mucha tradición en el país germano.

El primero era el poderosísimo Bayern Múnich, bicampeón reinante, que iba en busca de su “tri”, cosa que no conseguía desde los años 84-87. Por el otro lado, el Schalke 04, otro conjunto de importancia del territorio teutón. Éstos no conquistaban una Liga desde 1958, (todavía no se denominaba “Bundesliga” y tenía un formato diferente), en el medio hubieron títulos de Copa y hasta europeos, sumados a algún descenso del cual le costó levantarse.

Si bien lo más interesante y atrapante ocurre la última jornada, nobleza obliga a hacer una reseña de lo acontecido la fecha anterior, la 33. Ambos equipos se encontraban en el tope de la clasificación con 59 puntos. Los “mineros” dirigidos por el holandés Huub Stevens poseían una mejor diferencia de gol que los “bávaros”, que, en caso de llegar en igualdad de condiciones al final del campeonato, sería la que definiría que el título fuese para los “azules”.
En la antepenúltima fecha, el Bayern recibía al Kaiserslautern que venía haciendo una temporada de mitad de tabla. Por su parte, el Schalke debía visitar al siempre difícil Stuttgart que estaba obligado a sumar puntos para evitar el descenso.

Nos transportamos hacia lo central, que sucedió a pocos minutos del final. Los de Ottmar Hitzfeld, empataban 1-1 en Múnich mientras que su competidores hacía lo mismo pero en cero, cuando en el estadio Olímpico el recientemente ingresado Alexander Zickler recibió el balón por izquierda, encaró hacia el área, intentó rematar al arco de zurda pero su tiro fue bloqueado, aunque luego con una volea estampó el 2-1 que le daba la alegría a los locales. Una alegría que se potenció aún más cuando se enteraron que exactamente al mismo tiempo que ocurría todo esto, Krassimir Balakov  con un zurdazo y desde afuera, dejaba los tres puntos en Stuttgart y le entregaba la cima, con la misma cantidad de unidades sobre los Stevens, a los de “rojo”.

Como si esto no fuera poco la fecha final depararía una conclusión que ningún hincha, fuese del club que fuese, hubiese imaginado cuando se levantó aquella mañana.


El 04 jugaba como local frente a un agonizante Unterhaching, que necesitaba ganar sí o sí para salvar la categoría. Como dato de color, era el último parte de los “mineros” en esa cancha, el Parkstadion iba a dar paso al Veltins Arena, que es su actual casa. Que mejor manera de despedir el estadio que dando la vuelta después de tantísimos años. Pero para que esto suceda, El Bayern debía perder en su visita a Hamburgo, que si bien era un equipo grande en Alemania, esa temporada estaba siendo bastante mala para ellos. Si lo mencionado llegaba a ocurrir, la que se hacía presente de nuevo era la  diferencia de gol, que seguía corriendo a favor de los de azul.

El árbitro pitaba el inicio y las cosas no se ponían fáciles en Gelsenkirchen para los en ese momento segundos, porque con una pelota parada, y gracias a André Breitenreiter, su visita se ponía en ventaja, y la iba a aumentar antes de la media hora de juego con Miroslaw Spizak.
Pero antes de que concluya el primer tiempo el belga Nico Van Kerckhoven descontaba y un minuto después el ghanés nacionalizado germano Gerald Asamoah desvió de taco una pelota que había quedado bollando en el área chica.

Mientras en el Volksparstadion las noticias eran recibías por los hinchas con jolgorio pero querían que sean tratadas con indiferencia por parte del entrenador y del arquero Oliver Kahn (que había sido recibo con bananas por los fanáticos del Hamburgo) que les hacían gestos para que se tranquilicen y jueguen.

A los 25’ de la segunda mitad, y otra vez con una jugada a balón quieto, Jan Seifert le ponía otra vez arriba al Unterhaching. Tres minutos después un tiro libre de Jorg Bohme, con desvió en la barrera de por medio, ponía el 3-3 y 60 segundos más tarde el propio Bohme con una exquisita definición le daba, al fin, la ventaja al Schalke.


Cuando ya se moría el encuentro, su goleador de la temporada, el danés  Ebbe Sand, firmaba el 5-3 final, y en ese preciso instante ocurría algo inesperado del otro lado.
El bosnio, Sergej Barbarez, ponía al frente al Hamburgo y le estaba entregando en bandeja el título a los Huub Stevens luego de 44 años.

La gente con el partido concluido entró al campo de juego a celebrarlo e incluso los jugadores ya se veían campeones. Pero en el tiempo de descuento el checo Tomas Ujfalusi le entregó la pelota al arquero ex-Schalke Mathias Schober y el árbitro Markus Merk los juzgó como intencional y por lo tanto era tiro libre indirecto dentro del área. Las protestas hicieron que la ejecución se retrasara y todo esto estaba siendo televisado en el Parkstadion donde los hinchas “mineros” aguardaban el final. Steffan Effenberg puso en movimiento la pelota y el sueco Patrik Andersson la estroló contra el arco contrario y le devolvía el alma al cuerpo a todo Bayern Múnich que oberservaron que ésa Bundesliga estuvo muy cerca de escaparles de una manera similar a como había ocurrido con la UEFA Champions League dos años antes en Barcelona y contra el Manchester United.


La frustración que se vivió en Gelsenkirchen no tuvo nombre. Los jugadores estuvieron desanimados durante medio minutos en la platea donde la gente los reconocía con un aplauso. Seguramente mucho pensaron en esos momentos que el campeonato no se les había escapado esa misma tarde, sino siete días antes en Stuttgart. La prensa los denominó como “Los campeones del corazón”

La temporada, igualmente no terminó en blanco para los azules porque se pudieron llevar consigo la Copa de Alemania al derrotar al Unión de Berlín, equipo del ascenso alemán y que sorpresivamente pudo llegar a la final. El resultado fue 2-0 con Jorg Bohme anotando en dos ocasiones, la segunda, de penal.

Para el Bayern, el año concluyó de una manera mucho más dulce porque a la conquista ligera se le sumó la europea al derrotar al Valencia en Milán. Los 120 minutos terminaron con un 1-1 con los goles de Gaizka Mnedieta y Steffan Effenberg, ambos desde los doce pasos, y mediante la misma vía el portero Oliver Khan se lució para darle la “Orejona” a los bávaros después de 25 años.


Otros datos de color:
En ese día el defensor central Patrik Anderson convirtió su único gol con la camiseta del Bayern Múnich. En ese equipo sólo permaneció dos temporadas.

El festejo inmortalizado por Oliver Kahn tirándose al suelo sosteniendo el poste del córner, fue repetido por el arquero del Schalke, Manuel Neuer, ocho años después, ya que con la victoria por 1-0 sobre los bávaros, le quitaba, toda posibilidad en la Bundesliga a éstos mismos. Hoy, Neuer, es guardameta del Bayern Munich.


En éste video se incluye lo ocurrido en la anteúltima fecha (no tiene todo los tantos de Schalke-Unterhaching) http://www.youtube.com/watch?v=zNTwOT-01Y8
En éste todo los goles de la última jornada http://www.youtube.com/watch?v=nX2Q5nbfuGc


Por Alexander Bernabei

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