Valentino Mazzola es un nombre que retumba con fuerza en Italia. Este jugador fue un mago con la redonda, y un estandarte del Torino de la década del 1940. Aunque aún no existían las competiciones, fue un equipo brillante, al que sólo la tragedia los venció.
Si se hace un repaso por la historia de aquellos grandes
equipos que marcaron tendencia, ya sea en un país o en el continente,
podremos encontrar muchísimos nombres. Claros ejemplos son el Real
Madrid quíntuple campeón de Europa, el Barcelona actual, ganador de
todo, el Manchester United, el Milán, el Inter, etc. Sobran los casos.
Sin embargo, hubo equipos que quedaron en la historia por su grandeza, su juego y sus títulos, justo antes de las grandes competiciones europeas. En medio de la Segunda Guerra Mundial un equipo dominó Italia durante 7 años comandado por un hombre espectacular, dentro y fuera del campo como fue Valentino Mazzola. Hijo de una familia pobre y huérfano de padre desde muy joven, Valentino dejó el colegio a los 11 años para empezar a trabajar y mantener a su familia. Hasta el momento, su único contacto con el fútbol era jugar en el equipo de su ciudad, el Tresoldi.
Su vida cambió de repente cuando un vecino lo llevó a trabajar a la fábrica de Alfa Romeo como mecánico y en donde, gracias al equipo de la compañía, pudo debutar en Tercera División. Aunque todo parecía marchar sobre ruedas, al año siguiente debió hacer el servicio militar y un oficial lo vio jugando con el equipo del Comando. Aquél oficial, hincha ferviente del Venecia, lo recomendó al equipo de los canales en donde firmó su primer contrato profesional.
Allí comenzó a gestarse lo mejor de Mazzola, junto a su compinche e inseparable compañero Ezio Loik, demostraron ser de los mejores del campeonato italiano, luego ganar la Coppa Italia en 1941, y no tardaron mucho en ser fichados por un equipo más grande. En 1942 el presidente del Torino contrató a ambos interiores, Mazzola jugaba por la izquierda y Loik por derecha, ¡por 1.250.000 liras! Algo inédito para la época.
En el primer torneo que jugaron en el Toro ganaron el doblete, Liga y Copa. Luego, el torneo fue paralizado por la Invasión a Italia y tras el fin de la guerra continuaron reinando con más fuerza. Fueron 4 campeonatos seguidos con un dominio absoluto, tanto, que el Torino aportó diez de los 11 jugadores de la selección italiana en un partido contra Hungría en 1947, hecho nunca más repetido en la historia.
Mazzola fue, además, goleador en 1947 con 29 goles en 38 cotejos y el presidente del equipo turinés contó, en aquella ocasión, que Valentino ganaba el doble que sus compañeros por que ellos así lo querían, ya que era un ejemplo para todos.
El Torino no pudo ganar más títulos por que no existían las competiciones europeas. Sin embargo jugaban amistosos contra grandes equipos de Europa y dejaban su marca en cada campo por el que pasaban, hasta que la tragedia terminó con este cuento de hadas.
El Toro iba a jugar un amistoso contra el Benfica en Lisboa con motivo de un homenaje a Francisco Ferreira. Mazzola, quién era amigo de Ferreira, decidió ir, pese a que estaba descartado ya que estaba enfermo de anginas. El plantel jugó y, en el trayecto de vuelta, el avión que los transportaba chocó en Superga, no hubo sobrevivientes.
Ese fue el fin del Gran Torino y del magnífico Valentino Mazzola, quiénes dejaban, a cada paso, la muestra del mejor fútbol de la época. Muchos expertos afirman que, si no fuera por la tragedia de Superga, el Real Madrid no hubiera reinado Europa con tanta autoridad. Lo cierto es que un gran equipo, que era imbatible, sólo se lo llevó la desgracia.
Sin embargo, hubo equipos que quedaron en la historia por su grandeza, su juego y sus títulos, justo antes de las grandes competiciones europeas. En medio de la Segunda Guerra Mundial un equipo dominó Italia durante 7 años comandado por un hombre espectacular, dentro y fuera del campo como fue Valentino Mazzola. Hijo de una familia pobre y huérfano de padre desde muy joven, Valentino dejó el colegio a los 11 años para empezar a trabajar y mantener a su familia. Hasta el momento, su único contacto con el fútbol era jugar en el equipo de su ciudad, el Tresoldi.
Su vida cambió de repente cuando un vecino lo llevó a trabajar a la fábrica de Alfa Romeo como mecánico y en donde, gracias al equipo de la compañía, pudo debutar en Tercera División. Aunque todo parecía marchar sobre ruedas, al año siguiente debió hacer el servicio militar y un oficial lo vio jugando con el equipo del Comando. Aquél oficial, hincha ferviente del Venecia, lo recomendó al equipo de los canales en donde firmó su primer contrato profesional.
Allí comenzó a gestarse lo mejor de Mazzola, junto a su compinche e inseparable compañero Ezio Loik, demostraron ser de los mejores del campeonato italiano, luego ganar la Coppa Italia en 1941, y no tardaron mucho en ser fichados por un equipo más grande. En 1942 el presidente del Torino contrató a ambos interiores, Mazzola jugaba por la izquierda y Loik por derecha, ¡por 1.250.000 liras! Algo inédito para la época.
En el primer torneo que jugaron en el Toro ganaron el doblete, Liga y Copa. Luego, el torneo fue paralizado por la Invasión a Italia y tras el fin de la guerra continuaron reinando con más fuerza. Fueron 4 campeonatos seguidos con un dominio absoluto, tanto, que el Torino aportó diez de los 11 jugadores de la selección italiana en un partido contra Hungría en 1947, hecho nunca más repetido en la historia.
Mazzola fue, además, goleador en 1947 con 29 goles en 38 cotejos y el presidente del equipo turinés contó, en aquella ocasión, que Valentino ganaba el doble que sus compañeros por que ellos así lo querían, ya que era un ejemplo para todos.
El Torino no pudo ganar más títulos por que no existían las competiciones europeas. Sin embargo jugaban amistosos contra grandes equipos de Europa y dejaban su marca en cada campo por el que pasaban, hasta que la tragedia terminó con este cuento de hadas.
El Toro iba a jugar un amistoso contra el Benfica en Lisboa con motivo de un homenaje a Francisco Ferreira. Mazzola, quién era amigo de Ferreira, decidió ir, pese a que estaba descartado ya que estaba enfermo de anginas. El plantel jugó y, en el trayecto de vuelta, el avión que los transportaba chocó en Superga, no hubo sobrevivientes.
Ese fue el fin del Gran Torino y del magnífico Valentino Mazzola, quiénes dejaban, a cada paso, la muestra del mejor fútbol de la época. Muchos expertos afirman que, si no fuera por la tragedia de Superga, el Real Madrid no hubiera reinado Europa con tanta autoridad. Lo cierto es que un gran equipo, que era imbatible, sólo se lo llevó la desgracia.
Por Damián Bonzani
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