En la Ciudad del Vaticano, ¿si no dónde podía ser? existe un mundial de seminaristas y estudiantes de colegios que profesan la religión católica apostólica romana. En él participan las escuelas religiosas de los alrededores de Roma y hay jugadores de más de 60 nacionalidades, ¡único!
El fútbol llegó a la Santa Sede, es que ni siquiera aquí la
pelota deja de girar y, como en todos lados, tiene un campeonato. Pero
usted se preguntará ¿Cómo hacen para hacer un torneo si el país tiene
nada más que 0,44 km2 y 900 habitantes? No hacen acciones divinas ni
mucho menos, sino que los encuentros son disputados en Roma,
precisamente en el Oratorio de San Pedro que cuenta con dos canchas.
El torneo se llama Clericus Cup y fue creado por una iniciativa del Cardenal Tarcisio Bertone en 2007, ya que él y muchos de sus colegas son fanáticos del deporte rey. El campeonato es integrado por colegios religiosos del Vaticano y Roma.
Los jugadores son estudiantes y seminaristas de dichas instituciones y cuentan con participantes de todo el mundo. El país que más aporta es México, con 49 deportistas, luego Italia con 45, Brasil con 26 y Estados Unidos con 21. Argentina, por su parte, tiene solamente 5 jugadores participando. Es por esta razón que es considerado un Mundial de colegios profesantes del catolicismo.
El campeonato no es raro en su desarrollo, cuenta con 16 equipos divididos en 4 grupos de 4 integrantes cada uno y juegan a una rueda, clasificándose los dos primeros de cada grupo a cuartos de final. Luego vienen las semis y la final. Pero, siempre hay uno, no es todo tan sencillo. Resulta que en el torneo no existen los empates. ¡Sí, no existen! En caso de igualar en goles van a una definición por ¡Shootout! Esta es una definición muy usada en Italia, más en los torneos de verano, en la que el delantero arranca en mitad de cancha y el único oponente que tiene es el arquero. Es un mano a mano. El ganador por esta vía recibe 2 puntos, en vez de 3, y el perdedor 1, como si hubiese empatado, en vez de 0 puntos en caso de perder en el tiempo regular. Hablando de tiempo regular, hay otra complicación: no se juegan 90 minutos sino que dos tiempos de 30, por lo que los curas no deben estar muy en forma.
La copa se disputó en 5 ocasiones y solamente tiene tres campeones. El Mater Ecclesiae, la Universidad Pontificia Gregoriana y el Redemptoris Mater, este último con tres torneos en su haber. En 2007 se organizó la Copa Católica, una especie de supercopa entre el ganador de la Clericus, el campeón de la liga y la copa del Vaticano, más el mejor 11 de la liga vaticana. El campeón fue este último equipo.
La pequeña ciudad-estado también tiene liga. Es muy similar a la de Mónaco, en donde juegan los principales empleados del país, y comenzó en 1973 con el primer campeonato, disputado con 7 equipos, en el que el ganador fue el Osservatore Romano, el único periódico del estado. Sin embargo, en 1966 se fundó el Hermes que son empleados del museo vaticano y poco después se creó la Gendarmería, los Guardianes de San Pedro y la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Entre estos 4 jugaron partidos de forma amistosa hasta el inicio de la nueva liga.
Actualmente son 8 los equipos: el mencionado Hermes, el nuevo equipo del Museo Vaticano (entre ellos es el clásico), la Guardia Suiza, los Teléfonos, los Servicios Económicos, Dirtel Team, Asociación San Pedro y Fortitudo. Los mencionados también disputan la Copa del Vaticano. En el historial nos encontramos que el servicio de Correos y ¡hasta los bibliotecarios! Se coronaron campeones de la ciudad-estado.
El Vaticano también tuvo una selección, pero solamente pueden jugar si hay tiempo, ya que los únicos con la nacionalidad son los Guardias Suizos y la poseen de forma temporaria, por lo que son la selección más cambiante del mundo. Por esta razón, no se pueden afiliar a la FIFA o la UEFA, ya que en una selección solo pueden jugar jugadores con la ciudadanía, pero no descontamos que algún día veamos a los curas defender a su selección y, seguramente, tendrán miles de fieles hinchas alentando.
Por Damián Bonzani
El torneo se llama Clericus Cup y fue creado por una iniciativa del Cardenal Tarcisio Bertone en 2007, ya que él y muchos de sus colegas son fanáticos del deporte rey. El campeonato es integrado por colegios religiosos del Vaticano y Roma.
Los jugadores son estudiantes y seminaristas de dichas instituciones y cuentan con participantes de todo el mundo. El país que más aporta es México, con 49 deportistas, luego Italia con 45, Brasil con 26 y Estados Unidos con 21. Argentina, por su parte, tiene solamente 5 jugadores participando. Es por esta razón que es considerado un Mundial de colegios profesantes del catolicismo.
El campeonato no es raro en su desarrollo, cuenta con 16 equipos divididos en 4 grupos de 4 integrantes cada uno y juegan a una rueda, clasificándose los dos primeros de cada grupo a cuartos de final. Luego vienen las semis y la final. Pero, siempre hay uno, no es todo tan sencillo. Resulta que en el torneo no existen los empates. ¡Sí, no existen! En caso de igualar en goles van a una definición por ¡Shootout! Esta es una definición muy usada en Italia, más en los torneos de verano, en la que el delantero arranca en mitad de cancha y el único oponente que tiene es el arquero. Es un mano a mano. El ganador por esta vía recibe 2 puntos, en vez de 3, y el perdedor 1, como si hubiese empatado, en vez de 0 puntos en caso de perder en el tiempo regular. Hablando de tiempo regular, hay otra complicación: no se juegan 90 minutos sino que dos tiempos de 30, por lo que los curas no deben estar muy en forma.
La copa se disputó en 5 ocasiones y solamente tiene tres campeones. El Mater Ecclesiae, la Universidad Pontificia Gregoriana y el Redemptoris Mater, este último con tres torneos en su haber. En 2007 se organizó la Copa Católica, una especie de supercopa entre el ganador de la Clericus, el campeón de la liga y la copa del Vaticano, más el mejor 11 de la liga vaticana. El campeón fue este último equipo.
La pequeña ciudad-estado también tiene liga. Es muy similar a la de Mónaco, en donde juegan los principales empleados del país, y comenzó en 1973 con el primer campeonato, disputado con 7 equipos, en el que el ganador fue el Osservatore Romano, el único periódico del estado. Sin embargo, en 1966 se fundó el Hermes que son empleados del museo vaticano y poco después se creó la Gendarmería, los Guardianes de San Pedro y la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Entre estos 4 jugaron partidos de forma amistosa hasta el inicio de la nueva liga.
Actualmente son 8 los equipos: el mencionado Hermes, el nuevo equipo del Museo Vaticano (entre ellos es el clásico), la Guardia Suiza, los Teléfonos, los Servicios Económicos, Dirtel Team, Asociación San Pedro y Fortitudo. Los mencionados también disputan la Copa del Vaticano. En el historial nos encontramos que el servicio de Correos y ¡hasta los bibliotecarios! Se coronaron campeones de la ciudad-estado.
El Vaticano también tuvo una selección, pero solamente pueden jugar si hay tiempo, ya que los únicos con la nacionalidad son los Guardias Suizos y la poseen de forma temporaria, por lo que son la selección más cambiante del mundo. Por esta razón, no se pueden afiliar a la FIFA o la UEFA, ya que en una selección solo pueden jugar jugadores con la ciudadanía, pero no descontamos que algún día veamos a los curas defender a su selección y, seguramente, tendrán miles de fieles hinchas alentando.
Por Damián Bonzani
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