El poderoso equipo escocés, Glasgow Rangers, dejó de existir como tal
hace unos días. Sometido a una administración concursal desde febrero, el
intento de Charles Green, este martes, de salvarlo mediante un acuerdo
voluntario (CVA, por sus siglas en inglés) no fue aceptado por la Hacienda del Reino Unido
(HMRC), y el club entró en quiebra, lo cual significa la refundación del mismo,
pero con otro nombre, como una nueva compañía. La deuda total confirmada del
Rangers es de aproximadamente 68 millones de euros.
Charles Green, ex director ejecutivo del
Sheffield United, intentó acordar un CVA con los acreedores, lo cual hubiera
consistido en pagar, en un lapso determinado de tiempo, una cierta cantidad de
lo que se debe. Con una deuda con el fisco cercana a los 26 millones de euros,
la suma propuesta de casi 10 millones y medio de euros no fue aceptada.
Para la Hacienda ,
la liquidación del club permitirá que sea más sencillo investigar a los
individuos responsables de la debacle del Rangers.
Sir David Murray fue el dueño del club
por 14 años, hasta mayo de 2011, cuando cedió su mayoría accionaria a Craig
Whyte. Con Murray, que realizó grandes gastos durante su etapa dirigencial, el
Rangers obtuvo 11 títulos de liga. Pero también sumó grandes deudas, y algunos
problemas en la justicia. Se fue aduciendo que sería beneficioso para el club
un cambio en el estilo de conducción. Whyte se mostró confiado de expandir al
Rangers como una marca mundial. Sólo un año más tarde, una comisión
investigadora de la
Asociación Escocesa de fútbol acusaba: “los intereses de
Craig Whyte, están solo con Craig Whyte”.
Uno de los grandes acreedores del
Rangers es Ticketus. En febrero de este año, Whyte admitió, mientras su club
entraba en administración concursal, que para comprar el Rangers le había
pedido 24 millones de euros a esa empresa, dedicada a la venta de entradas a
espectáculos de todo tipo. El empresario calculaba que eso correspondería a las
entradas que iban a adquirir los fans del club en los próximos 3 años. También
se supo, y consignó la comisión mencionada anteriormente, que ordenó a su
director de finanzas, Ken Olverman, a dejar de pagar impuestos (lo cual
finalmente llevaría al club a la administración concursal). Para Whyte, esto
era una “táctica de negociación” en el caso que enfrentaba a su club con la Hacienda por deudas
heredadas de la anterior gestión. El Daily Record señala que cuando la comisión
investigadora de la
Asociación decidió expulsarlo del fútbol de por vida, Whyte
se rió.
Hoy, Green, junto a su consorcio (entre
los que se encuentra una compañía escocesa de ropa), debió abonar 7 millones de
euros para adquirir el ahora llamado “The Rangers Football Club”. Se mostró
contrario a la decisión de la
Hacienda de no aceptar su acuerdo voluntario, que según él
hubiera podido llevar a abonar mayor cantidad de la deuda (de hecho, el precio
de compra es menor de lo que se hubiera pagado mediante el CVA), pero admite
que eso es tema de la HMRC.
Su objetivo ahora es la reconstrucción del club, lo que llevará “tiempo y esfuerzo,
y pasión y compromiso”.
Fundado un 25 de mayo de 1873, y desde
entonces poseedor de 54 títulos de Primera División (el más ganador del país),
33 Copas de Escocia, y 27 Copas de Liga, el camino del club de Glasgow se
vuelve brumoso en dos frentes. Por un lado, no sabe qué sucederá con sus
jugadores. La
Asociación Escocesa establece que ninguno está obligado a
transferir sus contratos de trabajo a una nueva compañía, por lo que en este
momento, no pertenecerían a ninguna institución. Por otro lado, e incluso tal
vez más preocupante, el Rangers no sabe en qué certamen podrá participar. Si
bien ya se envió un pedido a la
Asociación para seguir jugando en la Scottish Premier
League, hay un antecedente que asusta. En 2009, el Livingston fue descendido a
tercera división por no cumplir las reglas de solvencia económica. Y este club
ya avisó que demandará a la Asociación Escocesa en caso de permitir que el
Rangers siga en Primera división.
Esta senda por la que ha marchado el
Rangers no es sorpresiva, y no es un hecho aislado, ocurrido solamente porque
unos inescrupulosos se adueñaron del club. Las deudas de los clubes en toda
Europa son millonarias, y en el marco de la gigantesca crisis económica, no
dejan de aumentar. Esta vez llama un poco más la atención porque le toca a uno
de los equipos reconocidos de Europa, pero no cabe duda que hay otros, más
grandes aún, que no están muy lejos de situaciones similares.
Por Matías Figal
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