David
Ginola
El homenajeado de hoy, seguramente debe ser nuestro primer verdadero
“crack”, que a causa de un error nunca pudo disputar una Copa del Mundo, que
hubiese sido un merecimiento a su gran fútbol.
David Desire Marc Ginola nació el 25 de Enero de 1967 en Gassir, en
el Departamento de Var, Francia.
Éste wing, devenido en mediocampista con el paso de los años, dio el
puntapié inicial a su carrera en el Sporting Toulon, el equipo de mayor
trascendencia de su zona, que si bien en la actualidad se encuentra navegando
por el ascenso galo, en el momento de su debut, en 1985, estaba asentando en la División 1. Su primer
partido como profesional fue frente al Metz con su mayoría de edad recién
cumplida. No vio mucha acción en aquella primera temporada, pero en las dos
siguientes fue fundamental para que el equipo no descendiera y en la siguiente
y última consiguiera un sorpresivo quinto puesto. Después de esto se mudaría a
la capital para integrar el Racing Matra de París. En Toulon jugó en partidos
de liga 82 veces, viendo la red en cuatro ocasiones.
El club parisino vivía una de las mejores etapas de su existencia
gracias al dinero invertido de Jean-Luc
Lagardère. Ahí coincidió con el uruguayo Enzo Francescoli y el propio
David comentó que fue una gran inspiración en aquellos años formativos todavía,
al igual que lo sería más tarde con Zinedine Zidane. Más allá de sus muy buenos
rendimientos, lo mismo no se plasmó en el equipo y menos en los resultados. En
sus dos temporadas, la primera se salvó de perder la categoría por diferencia
de gol y en la consecutiva no lograron evitarlo. Con el descenso consumado
abandonó el barco hundido del Racing rumbo al Stade Brest que todavía
permanecía en la División
1. En París dejó unas marcas ligueras de 61 partidos con ocho goles.
En el conjunto del oeste francés vivió una situación similar a la de
su anterior club, se resaltó su juego más que la del equipo en conjunto y, en
tan solo la primera temporada, el Brest finalizaba penúltimo y dejaba la máxima
categoría. A diferencia de lo ocurrido con su anterior descenso esta vez
decidió permanecer en la institución a pelear por el retorno, pero a mitad de
año le llegaría la primera oportunidad de mostrar su fútbol en un equipo grande
de su país: El Paris Saint Germain. Ginola se marchaba de esta manera con un
saldo en Liga de 50 partidos y 14 tantos, su mejor registro hasta ese entonces.
Su regreso a la capital no sólo le abrió las puertas al seleccionado,
sino también al mercado global en general. Aunque claro en esto influyó mucho
su participación en el campo, y para el club, el apoyo financiero que le daba
el Canal +.
Luego de haber arribado a la mitad de la 1991/92 en la segunda
temporada empezarían a venir los éxitos, tanto en trofeos como en gestas. En su
primera temporada completa, los parisinos se consagraron en la Copa de Francia, subcampeones
de Liga, a cinco puntos del líder Olympique de Marsella, y semifinalistas de la Copa Uefa. En aquella
edición del torneo continental lograron eliminar al Real Madrid, que empezaba a
vivir los últimos años de la “Quinta del Buitre”, luego de haber perdido 1-3 en
el Bernabéu, para luego golearlo 4-1 en el Parque de los Príncipes, con una
destacada actuación de nuestro homenajeado.
El siguiente año sería el mejor en cuanto al aspecto individual en
la carrera del de Gassir. Conquistaría su mayor logro, la Liga francesa, aportando 13
dianas a la causa. Por otro lado, volvería a eliminar a los “merengues”, ésta
vez en la Recopa
de Europa, derrotándolos históricamente en España por 1-0 y empatar en la
vuelta 1-1, igualmente se despedirían en
semis. Como frutilla del postre, la revista France Football lo condecoró como
el mejor futbolista francés de 1993.
La última temporada lo vería victorioso en las dos copas galas y con
un desempeño tremendo en la
UEFA Champions League, dejando atrás al otro grande español,
el Barcelona, en los cuartos de final, igualando en uno en el Camp Nou y
ganando 2-1 en Francia. Se dice que en aquel partido se empezaba a confirmar el
final del “Dream Team” catalán. Con éstas grandes actuaciones sería lógico que
se interesaran los dos gigantes de la península ibérica, pero terminó por
firmar en el Newcastle United inglés.
Durante sus años en París se ganó la admiración total de su público
por su clase y goles, incluso cuando después se dio a conocer que de pequeño
era seguidor del Marsella, el archirrival del PSG, y que se había llegado a un
acuerdo para ir al Olympique, pero todo se frustró por la negativa de Bernard
Tapie, el famoso presidente de dicha institución. Su error en la selección
tampoco le impidió de ser venerado. Se marchó con un récord de de más de 150
encuentros jugados y alrededor de 40 tantos en su haber.
Alrededor de 2,5 millones de libras fueron suficientes para llegar a
Gran Bretaña. En aquel momento, las “urracas” luchaban por codearse con los más
grandes, de la mano de una gloria del club como Kevin Keegan.
Su primer año tuvo su decepción al salir segundo en la Premier League
detrás del Manchester United después de haber liderado la tabla con diez puntos
arriba de su perseguidor en enero. A pesar de todo, fue una gran temporada para
el francés.
En la entrante, los ingleses rechazaron una oferta del Barcelona
para seguir creando un equipo más competitivo. La adquisición de Alan Shearer
sumado a las presencias de Les Ferdinand, Peter Beardsley, Faustino Asprilla o
Robert Lee se pensaba que lo podrían lograr. Todo se potenció con un aplastante
5-0 a los
“Red Devils”, donde Ginola se anotó con el primer gol de aquella jornada. Sin
duda su tanto más importante.
Para la mitad de la temporada, Keegan renuncia por problemas con la
dirigencia y asume Kenny Dalglish que no lo tuvo muy en cuenta y terminó siendo
un factor fundamental para irse de St. James’ Park, sumado a otro segundo
puesto liguero. De esta manera abandonaba la entidad blanquinegra con un saldo
de 75 presencias más siete dianas. Londres sería su destino.
La misma cantidad que desembolsó el Newcastle sería lo que pondría
el Tottenham Hotspur para llevárselo a sus filas. En White Hart Lane viviría
los mejores años en suelo inglés. Más allá de sólo conseguir un título, la League Cup de 1999, sus
desempeños fueron de una altísima calidad ganándose a los aficionados en poco
tiempo. Seguramente el mejor “premio” que recibió en esa etapa fue la mención
de Johan Cruyff como “el mejor jugador del mundo del momento”.
En el campeonato previamente mencionado, el francés contribuyó con
un golazo contra el Manchester United en una de las fases previas a la final.
En el mismo año obtuvo la condecoración tanto de la Asociación de
Futbolista Profesionales así como de la Federación como el mejor futbolista de la
temporada 1988/99. Era la primera vez que este galardón caía en manos de un
jugador que su equipo estuviste fuera del top cuatro.
A pesar de todos estos pergaminos Ginola sólo paso un año más en la
entidad que después lo vendió en tres millones al Aston Villa. Su pasaje en
Londres constó de 124 presentaciones sumado a 22 goles.
En Birmingham, y ya con 33 años las cosas se dificultaron, sólo
estuvo un año y medio para luego pasar a mitad de la temporada 2001/02 al
Everton para luego retirarse. Entre los dos conjuntos sumó 48 partidos y 5
tantos, todos con el equipo “villano”.
Su trayectoria en el seleccionado francés se reduce prácticamente a
una determinada situación.
Su debut se produjo en 1990, pero su momento de mayor trascendencia
fue tres años más tarde, en un encuentro rumbo al Mundial del USA 1994. A falta de dos
choques para el cierre del grupo, los galos dominaban con 13 unidades, seguidos
de Suecia y Bulgaria, los primeros con doce puntos y los segundos con diez.
Recordemos que en aquel momento eran sólo dos puntos por victoria.
En la anteúltima fecha, con diez minutos para el pitazo final, “Les
Blues” ganaban 2-1 a
Israel, ya eliminado, y ya sacaban los pasajes. Uno de estos goles lo había
marcado el de Gassir. Dos tantos de los visitantes le dieron la inesperada
derrota a los franceses, que sin embargo todavía dependían de sí mismo, sin
importar que suecos y búlgaros habían triunfado en sus respectivos choques.
La última jornada presentaba otra vez a los galos como locales en el
Parque de los Príncipes, ésta vez contra Stoichkov y cia., que tenían que ganar
sí o sí. Trascurridos los 90 minutos y ya en el alargue e igualados en uno se
da una situación impensada. El propio David ponía en juego el balón en el
córner derecho hasta que lanza un centro a la nada, en vez de seguir
aguantándola, y generó el contragolpe del rival que, fatídicamente para él, se
plasmó en la red del portero Bernard Lama.
Posterior a esto el técnico Gérard Houllier lo responsabilizó por
tal acción al punto de llamarlo “Asesino del fútbol francés”. Éste
seleccionador sería despedido a más tardar y con él se irían una generación de
jugadores marcados por Éric Cantoná y Jean Pierre Papin. El nuevo entrenador
Aimé Jacquet lo llamó durante un tiempo pero quedaría injustamente en el olvido
en 1995. Hoy en día todavía siguen habiendo roces entre Ginola y Houllier.
Después del retiro, se dedicó muchísimo a la actuación, apareciendo
en diversas series y publicidades, en Inglaterra se recuerdo mucho una de
L’Oréal. Se dio hasta el lujo de ser una de las voces de la traducción al
francés de “Buscando a Nemo”. También trabajo como modelo siendo inducido a
entrar en el mundo fashion, por su esposa. También tiene su propia cosecha de
vinos y éste año volvió a aparecer en los flashes por un accidente en esquí que
lo llevó a estar en coma.
Por Alexander Bernabei
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