11 de agosto de 2012

Merecedores de un Mundial


David Ginola

El homenajeado de hoy, seguramente debe ser nuestro primer verdadero “crack”, que a causa de un error nunca pudo disputar una Copa del Mundo, que hubiese sido un merecimiento a su gran fútbol.


David Desire Marc Ginola nació el 25 de Enero de 1967 en Gassir, en el Departamento de Var, Francia.

Éste wing, devenido en mediocampista con el paso de los años, dio el puntapié inicial a su carrera en el Sporting Toulon, el equipo de mayor trascendencia de su zona, que si bien en la actualidad se encuentra navegando por el ascenso galo, en el momento de su debut, en 1985, estaba asentando en la División 1. Su primer partido como profesional fue frente al Metz con su mayoría de edad recién cumplida. No vio mucha acción en aquella primera temporada, pero en las dos siguientes fue fundamental para que el equipo no descendiera y en la siguiente y última consiguiera un sorpresivo quinto puesto. Después de esto se mudaría a la capital para integrar el Racing Matra de París. En Toulon jugó en partidos de liga 82 veces, viendo la red en cuatro ocasiones.


El club parisino vivía una de las mejores etapas de su existencia gracias al dinero invertido de Jean-Luc Lagardère. Ahí coincidió con el uruguayo Enzo Francescoli y el propio David comentó que fue una gran inspiración en aquellos años formativos todavía, al igual que lo sería más tarde con Zinedine Zidane. Más allá de sus muy buenos rendimientos, lo mismo no se plasmó en el equipo y menos en los resultados. En sus dos temporadas, la primera se salvó de perder la categoría por diferencia de gol y en la consecutiva no lograron evitarlo. Con el descenso consumado abandonó el barco hundido del Racing rumbo al Stade Brest que todavía permanecía en la División 1. En París dejó unas marcas ligueras de 61 partidos con ocho goles.

En el conjunto del oeste francés vivió una situación similar a la de su anterior club, se resaltó su juego más que la del equipo en conjunto y, en tan solo la primera temporada, el Brest finalizaba penúltimo y dejaba la máxima categoría. A diferencia de lo ocurrido con su anterior descenso esta vez decidió permanecer en la institución a pelear por el retorno, pero a mitad de año le llegaría la primera oportunidad de mostrar su fútbol en un equipo grande de su país: El Paris Saint Germain. Ginola se marchaba de esta manera con un saldo en Liga de 50 partidos y 14 tantos, su mejor registro hasta ese entonces.


Su regreso a la capital no sólo le abrió las puertas al seleccionado, sino también al mercado global en general. Aunque claro en esto influyó mucho su participación en el campo, y para el club, el apoyo financiero que le daba el Canal +.

Luego de haber arribado a la mitad de la 1991/92 en la segunda temporada empezarían a venir los éxitos, tanto en trofeos como en gestas. En su primera temporada completa, los parisinos se consagraron en la Copa de Francia, subcampeones de Liga, a cinco puntos del líder Olympique de Marsella, y semifinalistas de la Copa Uefa. En aquella edición del torneo continental lograron eliminar al Real Madrid, que empezaba a vivir los últimos años de la “Quinta del Buitre”, luego de haber perdido 1-3 en el Bernabéu, para luego golearlo 4-1 en el Parque de los Príncipes, con una destacada actuación de nuestro homenajeado.

El siguiente año sería el mejor en cuanto al aspecto individual en la carrera del de Gassir. Conquistaría su mayor logro, la Liga francesa, aportando 13 dianas a la causa. Por otro lado, volvería a eliminar a los “merengues”, ésta vez en la Recopa de Europa, derrotándolos históricamente en España por 1-0 y empatar en la vuelta  1-1, igualmente se despedirían en semis. Como frutilla del postre, la revista France Football lo condecoró como el mejor futbolista francés de 1993.

La última temporada lo vería victorioso en las dos copas galas y con un desempeño tremendo en la UEFA Champions League, dejando atrás al otro grande español, el Barcelona, en los cuartos de final, igualando en uno en el Camp Nou y ganando 2-1 en Francia. Se dice que en aquel partido se empezaba a confirmar el final del “Dream Team” catalán. Con éstas grandes actuaciones sería lógico que se interesaran los dos gigantes de la península ibérica, pero terminó por firmar en el Newcastle United inglés.

Durante sus años en París se ganó la admiración total de su público por su clase y goles, incluso cuando después se dio a conocer que de pequeño era seguidor del Marsella, el archirrival del PSG, y que se había llegado a un acuerdo para ir al Olympique, pero todo se frustró por la negativa de Bernard Tapie, el famoso presidente de dicha institución. Su error en la selección tampoco le impidió de ser venerado. Se marchó con un récord de de más de 150 encuentros jugados y alrededor de 40 tantos en su haber.


Alrededor de 2,5 millones de libras fueron suficientes para llegar a Gran Bretaña. En aquel momento, las “urracas” luchaban por codearse con los más grandes, de la mano de una gloria del club como Kevin Keegan.

Su primer año tuvo su decepción al salir segundo en la Premier League detrás del Manchester United después de haber liderado la tabla con diez puntos arriba de su perseguidor en enero. A pesar de todo, fue una gran temporada para el francés.

En la entrante, los ingleses rechazaron una oferta del Barcelona para seguir creando un equipo más competitivo. La adquisición de Alan Shearer sumado a las presencias de Les Ferdinand, Peter Beardsley, Faustino Asprilla o Robert Lee se pensaba que lo podrían lograr. Todo se potenció con un aplastante 5-0 a los “Red Devils”, donde Ginola se anotó con el primer gol de aquella jornada. Sin duda su tanto más importante.

Para la mitad de la temporada, Keegan renuncia por problemas con la dirigencia y asume Kenny Dalglish que no lo tuvo muy en cuenta y terminó siendo un factor fundamental para irse de St. James’ Park, sumado a otro segundo puesto liguero. De esta manera abandonaba la entidad blanquinegra con un saldo de 75 presencias más siete dianas. Londres sería su destino.


La misma cantidad que desembolsó el Newcastle sería lo que pondría el Tottenham Hotspur para llevárselo a sus filas. En White Hart Lane viviría los mejores años en suelo inglés. Más allá de sólo conseguir un título, la League Cup de 1999, sus desempeños fueron de una altísima calidad ganándose a los aficionados en poco tiempo. Seguramente el mejor “premio” que recibió en esa etapa fue la mención de Johan Cruyff como “el mejor jugador del mundo del momento”.
En el campeonato previamente mencionado, el francés contribuyó con un golazo contra el Manchester United en una de las fases previas a la final. En el mismo año obtuvo la condecoración tanto de la Asociación de Futbolista Profesionales así como de la Federación como el mejor futbolista de la temporada 1988/99. Era la primera vez que este galardón caía en manos de un jugador que su equipo estuviste fuera del top cuatro.

A pesar de todos estos pergaminos Ginola sólo paso un año más en la entidad que después lo vendió en tres millones al Aston Villa. Su pasaje en Londres constó de 124 presentaciones sumado a 22 goles.

En Birmingham, y ya con 33 años las cosas se dificultaron, sólo estuvo un año y medio para luego pasar a mitad de la temporada 2001/02 al Everton para luego retirarse. Entre los dos conjuntos sumó 48 partidos y 5 tantos, todos con el equipo “villano”.


Su trayectoria en el seleccionado francés se reduce prácticamente a una determinada situación.
Su debut se produjo en 1990, pero su momento de mayor trascendencia fue tres años más tarde, en un encuentro rumbo al Mundial del USA 1994. A falta de dos choques para el cierre del grupo, los galos dominaban con 13 unidades, seguidos de Suecia y Bulgaria, los primeros con doce puntos y los segundos con diez. Recordemos que en aquel momento eran sólo dos puntos por victoria.

En la anteúltima fecha, con diez minutos para el pitazo final, “Les Blues” ganaban 2-1 a Israel, ya eliminado, y ya sacaban los pasajes. Uno de estos goles lo había marcado el de Gassir. Dos tantos de los visitantes le dieron la inesperada derrota a los franceses, que sin embargo todavía dependían de sí mismo, sin importar que suecos y búlgaros habían triunfado en sus respectivos choques.

La última jornada presentaba otra vez a los galos como locales en el Parque de los Príncipes, ésta vez contra Stoichkov y cia., que tenían que ganar sí o sí. Trascurridos los 90 minutos y ya en el alargue e igualados en uno se da una situación impensada. El propio David ponía en juego el balón en el córner derecho hasta que lanza un centro a la nada, en vez de seguir aguantándola, y generó el contragolpe del rival que, fatídicamente para él, se plasmó en la red del portero Bernard Lama.

Posterior a esto el técnico Gérard Houllier lo responsabilizó por tal acción al punto de llamarlo “Asesino del fútbol francés”. Éste seleccionador sería despedido a más tardar y con él se irían una generación de jugadores marcados por Éric Cantoná y Jean Pierre Papin. El nuevo entrenador Aimé Jacquet lo llamó durante un tiempo pero quedaría injustamente en el olvido en 1995. Hoy en día todavía siguen habiendo roces entre Ginola y Houllier.

Después del retiro, se dedicó muchísimo a la actuación, apareciendo en diversas series y publicidades, en Inglaterra se recuerdo mucho una de L’Oréal. Se dio hasta el lujo de ser una de las voces de la traducción al francés de “Buscando a Nemo”. También trabajo como modelo siendo inducido a entrar en el mundo fashion, por su esposa. También tiene su propia cosecha de vinos y éste año volvió a aparecer en los flashes por un accidente en esquí que lo llevó a estar en coma.



Por Alexander Bernabei

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