16 de junio de 2012

España, entre la Eurocopa y la Eurocrisis

El país campeón de Europa en 2008, y del mundo en 2010, está atravesando hace tiempo una crisis política, social y económica de gran magnitud. Con un 24% de desempleo, que aumenta entre los jóvenes de entre 18 y 24 años al 50%, y un gobierno, liderado por el presidente del Partido Popular Mariano Rajoy, que no cesa en sus políticas de recortes, especialmente en salud y educación, la oportunidad de jugar la Euro le otorga a España una posible válvula de escape.

Al menos, esto se desprende del propio presidente. Al despedir en Las Rozas a su selección, les pidió ganar la Euro ya que el país “necesita una alegría”. En este mismo sentido se ubica un pintoresco comercial de Coca-Cola para la televisión española. Contrasta noticias periodísticas que hablan del derrumbe de España, con el aliento que deben ejercer los españoles para demostrarle a Europa lo que pueden hacer juntos. Sin embargo, ni el mismo DT, Vicente del Bosque, cree en estas cuestiones. Poco después de las palabras de Rajoy, en otra entrevista el ex jugador del Real Madrid sostuvo que no piensa que ganar el campeonato sea “la solución de España”.

Sin embargo, la relación fútbol-política se puso más espesa desde que hace unos días el gobierno solicitara un rescate de 100.000 millones de euros al Eurogrupo, una cantidad mayor que la recibida por estados como Irlanda o Portugal, y destinada únicamente al sector financiero. Es decir, a rescatar a la banca, con la particularidad de que es el estado español el que asumirá la responsabilidad por los pagos, convirtiéndose entonces en deuda pública. El mismo día que los españoles atónitos se enteraban de esto, Rajoy decidió asistir al partido entre España e Italia, ya que “estaba todo resuelto”. En un viaje relámpago, fue y volvió en el día. No se hicieron esperar las críticas. Incluso, el Financial Times ironizó con el tema, felicitando al presidente español por haber asistido a la Eurocopa y no a Roland Garros, donde la lluvia suspendió el partido entre Nadal y Djokovic, y el viaje hubiera sido en vano. Lo que es cierto, es que la medida económica tomada desde el ejecutivo opacó bastante en los medios el debut de la selección.  Cabe recordar que el fútbol también juega su papel en la crisis económica. Las deudas de los clubes españoles ascienden a 5000 millones de euros.

Es ejemplar uno de los casos del Real Madrid. Para fichar a CR7 y a Kaká solicitó créditos a varias entidades. Bankia, el mismo banco que ahora es el que va a recibir el dinero del rescate, aportó 76 millones de euros. Si bien ha venido pagando hasta ahora los intereses, el club merengue deberá en julio afrontar el primer pago, de 25,5 millones de euros, que es casi el beneficio anual que tiene el club. Los restantes serán en 2013 y 2014. Por otra parte, el Barcelona no ha conseguido ampliar el límite que le imponen los bancos a sus pedidos de préstamos.

Consignemos para terminar lo sucedido ayer en el parlamento español. El representante valenciano del PP, David Serra, propuso debatir, en vez de algo relacionado con el rescate, modificar la ley de deportes para imponer nuevos castigos a quienes efectúen actos políticos en recintos deportivos que “ofendan o ultrajen a España o sus comunidades autónomas”. Esto permitiría sancionar a quienes, por ejemplo, piten el himno, tal como hicieron las parcialidades del Athletic y Barcelona en la pasada Copa del Rey. Criticada la propuesta por todos los partidos, incluso por su propia bancada, el propio David Serra (que está imputado por financiamiento irregular de su partido) pidió finalmente que no se trate en el recinto. 

Logró igualmente que se diera un debate de una hora y media. Podrían mejor haber ido a mirar algún partido de la Eurocopa en ese tiempo. Total, los temas centrales ya se habían evadido.


Por Matías Figal

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